La profesión de fotógrafo requiere el conocimiento exhaustivo de su principal herramienta: la cámara fotográfica.
Pero otros saberes comprometen a la formación profesional técnica y artística: accesorios, luces, historia, composición, laboratorio, estética, medios audiovisuales…
El trabajo del fotógrafo permite captar y recrear situaciones e imágenes generando un nuevo espacio estético y un inmejorable medio de comunicación social, cultural y artístico.
A través de la laboriosa tarea de profesores y alumnos vemos como fluyen los paisajes internos traducidos a la exterioridad con la sustentación de las cámaras, donde la realidad y la ficción juegan una narrativa visual. Aparecen seres inquisidores, grotescos, vigilantes, expectantes, temerosos, dramáticos, que rompen con la realidad.
Nuevos planteos estéticos depositan en nuestra retina amplios mensajes, invitándonos a despojarnos de estereotipos y a meditar sobre el devenir, reivindicando la condición humana.
